Mi querido amigo/amiga .
¿Alguna vez has sentido una inquietud repentina al estar cerca de alguien?
Me inquieta…
Hay personas que, con solo cruzar una mirada, un roce de manos o simplemente estar cerca, nos despiertan una sensación extraña, difícil de explicar.
¿Alguna vez te ha pasado?
En muchas ocasiones no hacemos caso.
Seguimos adelante, ignorando lo que sentimos, porque no tenemos razones claras. Pero… el cuerpo no engaña. Nos habla, aunque a veces no lo escuchemos.
Pasado el tiempo, todo encaja . Confirmamos aquello que ya presentíamos y nos decimos: “Lo sabía”
Porque el cuerpo percibe antes que la mente la energía de determinadas personas o situaciones.
Por eso es tan importante observarnos.
Notar lo que sentimos. Dar espacio a esa primera señal.
Tomar precauciones, darnos tiempo… y no decir "sí" tan rápido.
