Mi querido amigo/amiga.
Mientras estemos presentes en esta gran obra que es nuestra vida, experimentaremos dolor y sufrimiento. Pero lejos de ser un castigo, estas experiencias son la manera en que la vida nos empuja hacia un verdadero autoconocimiento. Nos invitan a ver con mayor claridad quiénes somos, dónde estamos y a reconocernos mejor en cada etapa.
Este proceso de autoconocimiento nos ayuda a tomar mejores decisiones en cada momento presente. Aceptar lo que es y observar lo que ocurre nos permite gestionar nuestras emociones y pensamientos con mayor conciencia. Todo es válido en este camino: poner límites claros y amorosos, desapegarnos de lo que creemos necesario o incluso dar un giro de 180 grados a nuestra vida.
Sin embargo, lo más importante no es solo decidir el cambio, sino sostenerlo . Para lograrlo, es importante tener una creencia interna firme de que lo que estamos haciendo es bueno para nosotros, incluso si no agrada a los demás. Si lo hacemos desde un lugar de amor y con una intención genuina, el proceso será más fácil y llevadero.
