Mi querido amigo/amiga.
Hay personas que nos alegran, nos vitalizan, nos calman. Son presencia y palabra de consuelo, apoyo y protección. Con su sola manera de ser, nos influyen en el día a día: introducen creatividad, belleza y nuevas perspectivas para transmutar cualquier situación. Es como si trajeran el cielo a la tierra.
Con su liviandad, alivian, aligeran y elevan . Creo que esa es su función en este mundo. Por eso, la alegría y el humor son señales inconfundibles de estas almas: su forma de comunicarse, su lenguaje, casi siempre habla de levantar el vuelo, de vencer la gravedad, de evitar ese peso que nos aplasta.
Todo camino espiritual verdadero tiene como característica una alegría profunda . Y estas personas son exponentes de esa alegría de vivir, de esa gran fiesta de la existencia, de ese juego entre el cielo y la tierra, donde los humanos —¡nosotros! — somos los invitados principales.
www.raquelagelan.com