Mi querido amigo/amiga.
Entender a todos siempre. Sostener, acompañar, comprender…
Puede ser una exigencia que puede llegar a causar un gran agotamiento físico, psíquico, incluso moral.
Porque tú siempre tienes que ser el más maduro , el que comprende, el que abraza lo que duele. Y además en muchas ocasiones, lo dan por hecho. ¿Te ha ocurrido?
Pero llega un momento en el que te planteas poder elegir tus vínculos, donde el cuidado sea mutuo. Donde haya una ida y una venida.
Donde el sinónimo de apoyo sea un sencillo pero claro reconocimiento , donde la escucha y la gratitud se paseen de manera sincera, natural y generosa.
Se nota enseguida este tipo de energía que viene y va.
Y cuando la encuentras, la valoras. Aprecio profundamente estos vínculos
Cuidarlos, regarlos, darles espacio… se vuelve imprescindible .
¿Y tú amigo? ¿Qué haces con los vínculos que solo succionan, que no dan, que no ven… los sueltas o sigues intentando sostenerlos?
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