Mi querido amio/amiga .
Recuerdo un taller de los sueños que realicé, en el que teníamos que elaborar una pócima mágica con arena de colores y pedir lo que deseáramos en ese momento.
Cada vez que veo esa pócima de cristal , me recuerdo a mí misma que debo ser valiente para desear, de verdad, en lo más profundo, quién quiero ser y ver hasta dónde puedo alcanzar.
Pedí que esa pócima contuviera los ingredientes necesarios para atreverme a mostrarme como realmente quiero ser.
Deseaba que me diera el valor para quitarme las máscaras , para ser auténtica, sin miedo ni reservas.
Quería también recoger en mis manos la sabiduría de mujeres y hombres sencillos, pero a mis ojos, absolutamente extraordinarios. Que han sabido convertir el sufrimiento en bondad amorosa, en generosidad y pura creatividad. que no se han endurecido con las experiencias, y que de forma voluntaria han elegido compartir con los demás desde la alegría y el respeto.
Mi intención es integrar esas cualidades poco a poco en mi vida cotidiana, dejar que me impregnen suavemente, como un ritual diario. Porque al final, eso es lo que realmente va moldeando tu identidad… y también tu futuro.