Mi querido amigo/amiga .
¿Alguna vez has sentido el peso de una palabra que te dijeron, o el impacto de algo que dijiste sin pensar?
"La vida y la muerte están en el poder de la lengua" . Este versículo bíblico siempre me ha impresionado. Nuestras palabras tienen un poder inmenso: cuando se expresan con la intención adecuada, pueden sanar, fortalecer y dar vida. Pero cuando surgen de la ira, el sarcasmo o la frustración, pueden debilitarnos, destruirnos o dejarnos atrapados en un ciclo de dolor .
A veces, lo que decimos actúa como pura dinamita , dejándonos enredados en emociones muy pesadas durante semanas o incluso meses. No se trata de reprimir lo que sentimos, sino de ser cuidadosos con lo que expresamos. Y aunque siempre podemos rectificar, si entrenamos primero nuestros pensamientos y luego nuestras palabras, tendremos más control sobre nuestro camino .