Mi querido amigo/amiga .
La idea de parecerme a un colibrí me resulta preciosa y divertida. ¿No sería maravilloso adoptar algunas de sus cualidades?
Cuando pienso en este diminuto ser alado tan ligero y ágil, capaz de volar en todas direcciones e incluso quedarse suspendido en el aire. Su forma de moverse me recuerda que yo también puedo adaptarme rápidamente con gracia y fluidez a cualquier situación , explorando nuevas direcciones con valentía y confiando.
A pesar de su diminuto tamaño, el colibrí es fuerte y resistente. Me inspira a seguir adelante , sin rendirme ante los desafíos, recordándome que la verdadera fortaleza no siempre está en la apariencia, sino en la determinación y en perseverar.
Su vibrante plumaje me enamora y su incesante aleteo me transmiten mucha alegría y dinamismo . Me recuerda que la vida puede ser luminosa si aprendemos a encontrar belleza en cada instante en cada aleteo. Me motiva a cultivar esa misma energía, a ser una presencia positiva, divertida en la vida de los demás y, sobre todo, en la mía.
También me fascina su independencia. No necesita de bandadas para sobrevivir , y eso me inspira a confiar en mi propia fortaleza, a valorar mi autonomía y a atreverme, si, a volar sola cuando sea necesario.