Mi querido amigo/amiga .
¿Qué es lo que realmente define una amistad verdadera? ¿Son las horas compartidas, los viajes, las risas o las conversaciones interminables?
Me gusta comparar al amigo fiel como una gran torre de luz: estable, presente, con principios bien asentados. No lo mido en la cantidad de cafés compartidos ni en las veces que coincidimos en una celebración o en un viaje . Hay algo más profundo, más sutil y a la vez más poderoso que nos permite reconocer la verdadera esencia de un compartir sincero.
Existe un hilo muy fino, casi invisible pero intensamente luminoso, que nos une a aquellas personas con las que compartimos una conexión auténtica. Es una sensación que no necesita explicaciones ni pruebas; se siente con el corazón. Es la certeza de que hay fidelidad, respeto y admiración mutuos . Y cuando estos sentimientos son recíprocos se produce la magia.
Son estos vínculos los que me llenan de cierta serenidad y paz, porque fluyen con naturalidad, se alimentan del respeto y crecen con la sencillez de lo auténtico .