Mi querido amigo/amiga .
Nuestros pensamientos ocupan gran parte de nuestro día, muchas veces como una forma de entretenimiento. Sin embargo, este "entretenimiento" puede volverse agotador , ya que nuestra mente tiende a oscilar entre la polaridad positiva y negativa . La verdadera armonía radica en encontrar nuestro centro.
Se dice que quien no se ocupa de su mente obra en su propia destrucción . Y es que nuestra mente requiere un trabajo constante de poda y limpieza. Nuestros pensamientos no siempre apuestan por nosotros ni buscan la mejor vida para nosotros; con frecuencia operan desde un estado de supervivencia, más que de plenitud.
Por ello, el verdadero viaje debe partir desde otro lugar , uno más profundo y consciente, para alcanzar aquello que realmente anhelamos. No se trata de luchar contra nuestros pensamientos, sino de aprender a negociar con ellos , a construir un diálogo entre nuestra alma y nuestra mente.
En este camino, contar con un buen acompañamiento puede marcar la diferencia. Alguien que nos ayude a discernir, a ver con mayor claridad, y a transformar nuestros depósitos mentales en un espacio más liviano y enriquecedor.