Defensa u ofensa

Mi querido amigo/amiga .
¿Te has parado a pensar que vivimos constantemente entre la defensa y la ofensa? Pasamos parte de nuestro tiempo defendiéndonos o sintiéndonos ofendidos, atrapados en ese juego interno que parece no tener fin. Llega un momento en que nos cansamos de esta rueda de ratón interior y decidimos salir de ella. Entonces nos colocamos en otro lugar, en otra posición de más atención.

Con más atención no es que la ofensa o la defensa desaparezcan de un plumazo , sino que las transmutamos: las llevamos a un espacio más práctico, más neutral. Porque, de lo contrario, seguiremos en automático en el vaivén de reaccionar entre la defensa y la ofensa totalmente distraídos.

 

¿Y si dejáramos de jugar a defendernos u ofendernos para simplemente estar en paz con lo que es?

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